Con la nueva Ley de Inclusión, 783 colegios subvencionados entraron a la gratuidad a lo largo del país con un total de 420.256 estudiantes beneficiados. Según la consultora Adimark, más de la mitad de dichos colegios (exactamente 488) están ubicados en los lugares más poblados y “centrales” del país: Valparaíso y Santiago. De hecho, en la Región Metropolitana 331 colegios eligieron la gratuidad, siendo Puente Alto la comuna más beneficiada.
Sin entrar al tema de calidad de la educación (tema que amerita otras muchas columnas de opinión), estas cifras nos hacen plantearlos cómo la gratuidad afectará, con un criterio de realidad, a la población chilena. En efecto, sería muy importante contar con informaciones estadísticas más completas y más detalladas: cuál es el universo total de colegios que podrían haber ingresado a la gratuidad y si la distribución es equitativa en las distintas regiones de Chile, es decir, si se advierten o no sesgos de discriminación. Y es que , claro, los números indican que la mayor parte de los colegios subvencionados que optaron por la gratuidad se concentran en el centro del país y una primera explicación de ello es que, obviamente, la población de Chile se concentra, justamente, en las regiones de la zona central. Pero ¿es tan obvio?, ¿sólo hay que considerar cifras de población? ¿hay otros elementos que considerar a la hora de hacer estos análisis?
He tenido la oportunidad de conocer regiones extremas de Chile, viajando por tierra hasta Arica por el norte y hasta la Patagonia por el sur, viajes en los que pude percatarme de lo diferente que es Santiago (o la mayoría de las ciudades del centro) a las ciudades y pueblos más periféricos del país, no sólo las capitales de las regiones (como Arica, Puerto Montt o Coyhaique) sino lugares más pequeños como Putre, Pozo Almonte, Tocopilla, Cochrane o Caleta Tortel. A mi parecer el Estado debiese preocuparse aún más por tales ciudades, no solo en el ámbito de la gratuidad de los colegios, sino también en potenciarlos, en invertir en estos, en preocuparse por sus particularidades y necesidades específicas, para que Santiago no sea Chile, para poder aprovechar cada recurso que nuestro largo y diverso país nos puede entregar.
Ahora, volviendo al tema principal, podemos ver que las regiones más beneficiadas son la Metropolitana y la de Valparaíso ¿Para poder acceder a la gratuidad hay que vivir en las grandes ciudades del centro del país? La repuesta a esta pregunta no debería ser afirmativa: por lo que vi, aún se necesita gente que viva tanto en el sur como en el norte para que el país pueda prosperar. En otras palabras, el beneficio de la gratuidad es relevante, pero también lo es el análisis de variables distintas para que, sin importar de dónde vengamos, los derechos lleguen a todos los chilenos